EL DIA DE LA ANTIOQUEÑIDAD
Antioqueñidad. Palabra femenina (la antioqueñidad), con la cual los habitantes de la Región paisa del Departamento de Antioquia, Colombia, describen su condición y carácter genéricos de pertenecer a la región de Antioquia, o a la etnia, casta o cultura paisa en Colombia.
La Antioqueñidad aplica como condición a todas las comunidades, pueblos e individuos que hablan el dialecto paisa de la lengua española (ver español antioqueño), y que viven y representan la cultura paisa colombiana.
También aplica al conjunto y la comunidad de los pueblos paisas en general. No obstante, en algunos casos el vocablo toma visos específicos y se vuelve un referente de las gentes que habitan el departamento de Antioquia.
Todo comienza con lo que se sabe sobre los paisas a partir de la historia escrita. Una comunidad aislada en la montaña que desarrolló costumbres bien conocidas como la religiosidad, los valores familiares y la familia numerosa, el trabajo duro o el tesón emprendedor para llevar a cabo tareas y empresas desafiantes y difíciles. Y estas costumbres eran vividas por personajes sui géneris y peculiares.
La familia antioqueña, desde sus orígenes, se sustentaba en la ejecución de las tareas internas del hogar a cargo de la madre hacendosa y dedicada, y en las tareas externas del hombre trabajador y aventurero. Los hijos heredaban de los padres estas enraizadas condiciones. La vestimenta y el temperamento del paisa original de carriel, ruana, machete y mula, madrugador y disciplinado, alimentado con arepa y fríjoles y bebedor de aguardiente en las fondas de los caminos, son una foto y una escena que ningún paisa puede extraer de su mente. Son imágenes míticas comunitarias, enclavadas en el recuerdo y la esperanza íntimas de “la raza”.
Estas escenas o imágenes básicas dieron vida a historias y cuentos que se fueron convirtiendo después en mitos, como sucede en todos los pueblos.
Específicamente, el mito antioqueño terminaría compuesto por una serie de particularidades: el antioqueño nunca pierde en al amor, nunca se vara, es sagaz, recursivo, alegre y chistoso, emprendedor, inventor, arriesgado, jugador, ganador a la larga, campeón en los negocios. Hay por ejemplo, al interior del mito, toda una colección de cuentos y chistes que comparan al antioqueño con los bogotanos, con los pastusos. Todos estos son rasgos que están enclavados recónditamente y más allá de cualquier discusión en la mente antioqueña colectiva y en muchos casos individual. Y, a manera de conclusión, son en conjunto -y aunque falten muchos rasgos más- lo que conforma por así decirlo la “antioqueñidad primigenia u original”, la primera antioqueñidad, que aún sobrevive en muchos pueblos y regiones de Antioquia.